Vayan y Hagan Discípulos, nuestra iniciativa diocesana de evangelización, es quiénes somos y qué hacemos como seguidores bautizados de Jesucristo. Es nuestra participación en la misión permanente de la Iglesia. Into the Deep, por otro lado, es nuestro esfuerzo de planificación estratégica para re-alinear nuestros recursos para que podamos cumplir y vivir mejor esta misión, tanto ahora como para las generaciones futuras.
Obispo Donald J. Hying
“Sígueme.” Con estas palabras Jesús invita a sus primeros discípulos a una nueva forma de vida y a la fe. Este mismo llamado ha resonado en todas las personas a lo largo de los siglos. Al escuchar y responder obedientemente a este llamado en nuestra propia vida, llegamos a “darnos cuenta de que se nos ha ofrecido un gran amor, se nos ha hablado una buena palabra, y que cuando acogemos esta palabra, Jesucristo, el Verbo hecho carne, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro y nos permite avanzar con alegría por ese camino en alas de esperanza” (Lumen Fidei). Seguir a Jesús, por lo tanto, lo cambia todo.
No es ningún secreto que vivimos en una cultura plagada de muchos problemas y que necesita sanación y renovación. Jesús, quien “hace nuevas todas las cosas”, quiere hacer precisamente eso, pero esta renovación sólo ocurrirá si y cuando “recuperemos el domingo”. Como dijo San Pedro Juliá Eymard: “Nunca olvidemos que una época prospera o decae en proporción a su devoción a la Sagrada Eucaristía. Esta es la medida de su vida espiritual y de su fe, de su caridad, y de su virtud”. Que Dios nos ayude a cada uno de nosotros en la Diócesis de Madison a volver a comprometernos a hacer del domingo y la celebración de la Santa Misa la prioridad máxima de nuestra semana.
La Iglesia existe para evangelizar, es decir, para compartir con los demás las buenas nuevas del Evangelio que cambian la vida. Esta evangelización exige una participación personal por parte de cada uno de los bautizados. Todo cristiano está llamado, aquí y ahora, a participar activamente en la evangelización; en efecto, quien ha experimentado verdaderamente el amor salvífico de Dios no necesita mucho tiempo ni una larga formación para salir y proclamar ese amor. Todo cristiano es un [discípulo] misionero en la medida en que ha encontrado el amor de Dios... Entonces, ¿qué estamos esperando?” (Evangelii Gaudium).
En los Evangelios Jesús dice: “Dejen que los niños vengan a mí” (Mateo 19:14). Sabemos que nuestros niños y nuestros adolescentes son el futuro de la Iglesia. Entonces, mientras trabajamos para involucrar mejor a nuestros jóvenes, hagámonos eco a las palabras del Papa Francisco, quien dijo: “Queridos jóvenes, los necesitamos. Necesitamos su creatividad, sus sueños y su coraje, su encanto y sus sonrisas, su alegría contagiosa... La Iglesia está con ustedes y los necesita a cada uno de ustedes, para que podamos ser renovados”.
Después de que Jesús llamó a sus discípulos, Él pasó los siguientes 3 años formando a sus discípulos para la misión. Estamos agradecidos de tener muchos laicos y laicas dedicados sirviendo en nuestra diócesis en parroquias, escuelas y otros apostolados. Y si bien es cierto que cualquiera que haya encontrado el amor de Cristo debe participar activamente en la obra de evangelización y discipulado, la formación y la capacitación ayudan a que estos esfuerzos sean más fructíferos y eficaces. En resumen, los líderes cristianos bien formados fortalecen nuestras parroquias, escuelas y diócesis.
“Todo lo que hacen por uno de estos más pequeños, lo hacen por mí”. Esta es la enseñanza de Jesús, y habla de por qué la Iglesia Católica siempre ha puesto un énfasis tan fuerte y tiene una historia tan larga de practicar las obras de misericordia corporales y espirituales. Que Dios continúe ayudándonos a todos nosotros en la Diócesis de Madison a tomar en serio estas palabras de Santa Teresa de Calcuta: “Toquemos a los moribundos, a los pobres, a los solitarios y a los no deseados según las gracias que hemos recibido, y no estemos avergonzados ni seamos lentos para hacer [esta] humilde obra”
A partir del 1 de julio de 2023, nuestras 102 parroquias actuales comenzarán a trabajar juntas en 30 “pastorados” o agrupaciones de parroquias, cada una bajo el liderazgo de un equipo de sacerdotes (con algunas excepciones). Al unir fuerzas y unirnos en estas nuevas formas, nos estamos poniendo en posición para compartir el Evangelio de manera más fructífera y efectiva, tanto ahora como en el futuro.
Para obtener más información, haga clic aquí.
Como católicos creemos que los Sacramentos son encuentros privilegiados con el Señor Jesús Resucitado y que a través de ellos Él confiere Su gracia y vida divina. Lamentablemente, en las últimas décadas, cada vez menos personas han estado buscando el Bautismo, celebrando la Confirmación y el Santo Matrimonio, van a la Confesión y asisten a la Santa Misa. Por lo tanto, tenemos cada vez menos personas que están completamente vivas en Cristo y cuyos corazones arden dentro de ellos con un profundo amor por Dios y por los demás.
Desde hace muchos años hemos luchado por construir familias fuertes y saludables y por formar a nuestros jóvenes para que se conviertan en discípulos comprometidos de Jesucristo. Por lo tanto, los Millennials y Zoomers/Gen Z, a pesar de que se proyecta que serán las dos cohortes demográficas más grandes de nuestra diócesis para 2026, apenas están representados y poco involucrados en la vida de nuestras parroquias. Además, cada vez más personas de todas las edades se están desafiliando de la práctica religiosa a medida que nuestra cultura se vuelve cada vez más secular.
A medida que nuestros edificios envejecen, continúan teniendo mayores necesidades y gastos de mantenimiento. Debido a esto y a la disminución de las donaciones en los últimos años, estamos gastando más en nuestros edificios (y administración) y menos en ministrar a los necesitados y en compensar adecuadamente a nuestros empleados dedicados. Esto solo sirve para exacerbar nuestros otros desafíos, ya que estamos invirtiendo nuestros recursos limitados en instalaciones subutilizadas en lugar de avanzar y vivir nuestra misión.
No tengan miedo. No se conformen con la mediocridad. Remen mar adentro y echen las redes para pescar.”
SANTO PAPA JUAN PABLO II
Creemos que el plan estratégico Into the Deep nos ayudará a lograr un futuro más brillante para nuestra iglesia local, que es la Diócesis de Madison. Y ¡necesitamos su ayuda!
Necesitamos sus oraciones, su compromiso renovado de seguir a Jesús como un discípulo misionero y su continua participación. Queremos que camine con nosotros. Por favor suscríbase a nuestro boletín de correo electrónico.
¡Que Dios nos ayude a todos nosotros en la Diócesis de Madison a seguirlo valiente y generosamente... mar adentro... y en el camino hacia el cielo!